Castillo del Conde Gremor

Gremor quedó en silencio y se enderezó mirando seriamente a Tiarel.

- ¿Con que veneno para vampiros? ¿Un vampiro podría hacer ésto? ¡HAAAAAH! - De las heridas del Conde, salió disparado un líquido celeste que escurría un olor extraño. Ella le quedó mirando sorprendida al ver lo que era capaz de hacer el Conde. En seguida, sus heridas se regeneraron y quedó como si nada hubiese pasado. Tiarel le quedó mirando perpleja mientras el conde alzaba una mano hacia la barrera y ésta desaparecía.

- Debo confesarte que para ser una humana, eres bastante poderosa. Pero te faltan siglos de entrenamiento para alcanzar mi nivel. Regresa cuando creas estar preparada para encarar el odio que me tienes. Yo no te buscaré.

Le dio la espalda y se dirigió flotando hacia su castillo. Se detuvo y miró a Kira.

- Ven, dulzura. - Le dijo amablemente y siguió flotando. Tiarel estaba de rodillas ante el muerto que Gremor había dejado, y cargándolo en su hombro, le gritó:

- ¡YO NUNCA PODRÉ ALCANZAR TU NIVEL! ¡PERO CONOZCO A ALGUIEN MÁS PODEROSO QUE TÚ! - Gremor no se inmutó y siguió como si nada. Tras unos breves minutos, ella se fue y todo volvió a la normalidad. Gremor se sentó en un sofá y se quedó pensativo...

- últimamente, conozco a muchos que son más poderosos que yo. ¿He perdido mi antigua fuerza, o los luchadores de ésta época son más poderosos que los de mis tiempos? Es difícil saberlo... pero es una realidad.

Dejó que Kira le acariciase y cerró los ojos complacido pero su rostro estaba muy sereno. Kira transmitía paz, y era una sensación agradable. Incluso quizás, muy parecida a la que su antigua amada le hubiese entregado hace ya tantos años. Gremor comenzó a ronronear y sonrió.

- Ou... mis mejillas...

Gremor la rodeó con su brazo y siguió sonriendo.

- La felicidad cuesta hacerla llegar. Sobretodo a mí, ya lo sabes. Pero por ahora, no quiero más preocupaciones. Ahora quiero estar en paz, y es todo lo que deseo. PAZ.

Le besó en los labios delicadamente mientras con su mano libre, comenzaba a bajar los hombros del vestido de Kira. Gremor se situó frente ella y comenzó a bajar el otro hombro suavemente y le miró unos momentos, y Kira pudo ver un extraño rojo en sus mejillas...

- Si quieres que me detenga, dilo ahora o calla para siempre. - Le dijo de una manera perspicaz. Le miró de una manera muy seductora, tratando de hipnotizarla con la mirada, y se lamió sensualmente los labios. Él quería que cediera... era todo lo que le importaba por ahora.

Al Conde le brillaron un tanto los ojos y sonrió. Se quedó estático unos momentos mientras pensaba...

- (Bien, sé amable con ella. Debes aparentar ser suave, la mentira que todo hombre debe hacer para penetrar a una mujer. Sucio pero... tiene su encanto. Hmhmhmhm...)

Así, siguió bajando los hombros, recorriendo todo los brazos, bajando el peto hasta la altura de la cintura, dejando los pechos de Kira cubiertos por los sostenes que custodiaban la santidad íntegra femenina. ¡Hm! Patrañas hubiera pensado el Conde. Pero ésta vez, quería probar algo diferente. A tantas había arrebatado su virginidad a la fuerza... y a final de cuentas, toda opresión tiene manchas de suciedad.

Pero el cuerpo de Kira era diferente. Aquel cuello elegante, pechos inocentes, blancura de piel, el cabello que reposaba sobre sus hombros... a pesar de haber visto a muchas, Gremor quedó sorprendido y sintió nerviosismo, como si fuese su primera vez. Deslizó sus dedos fríos a través de su cuello, pasando entremedio de sus pechos, llegando a su estómago bien diseñado. Todo era... perfecto. Gremor le miró a los ojos y Kira notó que sus mejillas, estaban más rojas.

- Tienes un cuerpo hermoso... quizás el mejor que he visto... mi amor... - Volvió su mirada a sus senos, y muy suavemente, el vampiro mordió los cordeles delicados del sostén, desatándolos y quitándoselos celosamente. En seguida la rodeó con sus brazos fuertes, y cerrando los ojos, comenzó a besar sus pechos muy delicadamente. Trataba de ser lo más amable posible, y ciertamente el erotismo se basa en lo que no se ve... el deseo.

- Mmmm...

En seguida, Gremor tomó a Kira en sus brazos y comenzó a subir las escaleras. Sus brazos fuertes eran muy seguros y su mirada apasionada como la de un niño en compañía de una modelo, aquel rojo en sus mejillas, la sangre podía causar placer también en vez de tanto sufrimiento.

Gremor la llevó a su habitación en donde se encontraba aquella preciosa cama nupcial. Depositó con delicadeza a Kira y se posó sobre ella mirándole a los ojos. Le sonrió y besó sus labios mientras ponía sus brazos detrás de ella. Deslizó su boca hacia su oído y le susurró...

- No te asustes. No va a pasar nada malo. TE LO JURO.

En seguida, comenzó a bajar el resto del vestido que estaba a la altura de la cintura, pasando a las piernas, desnudándola poco a poco mientras Gremor observaba expectante cada milímetro del cuerpo de Kira que lograba descubrir. Se sentía maravillado, ciertamente.

Gremor acarició con suavidad sus piernas, tocándola, tocándola con deseos de tener su cuerpo en él. Se levantó de la cama, y en seguida, desabrochó todos los botones de su camisa, mirando de una forma seductora los ojos de Kira. Al terminar, se quitó la camisa, dejando al descubierto su torso entero. Aquellos músculos bien conformados, no había el menor defecto físico en Gremor. Tenía los brazos fuertes, manos delicadas, pectorales sobresalientes, y su abdomen tenía los músculos enfilados en toda su cavidad estomacal.

En seguida, se desabrochó el cinturón y se lamió los labios. Dejó caer su pantalón negro, dejando al descubierto sus piernas blancas, musculosas pero no había bello alguno en ellas. Era simetría vampirezca... manjar exquisito de la lujuria arcaica. Flotó un momento, y de dos patadas violentas se sacó los zapatos de cuero, dejando sus pies al descubierto. Sólo quedaban sus boxers negros, y en seguida, flotó encima de Kira y se posicionó sobre ella, mirándole tiernamente a los ojos. La rodeó con sus brazos y comenzó a besarla apasionadamente mientras sus sentidos se agudizaban por la plena lujuria que despertaba en él como un león hambriento matando su presa.

Acercó sus labios a sus oídos, los besó y susurró...

- Ésta noche, voy a hacerte el amor... y experimentarás el mayor de los goces carnales...

En seguida, el conde bajó sus manos hacia abajo, en donde tenía sus boxers, única prenda que cubría su piel... no tan gélida como de costumbre. Gremor miró de una forma picarona a Kira y de un tirón, rompió su ropa interior, y la lanzó lejos, quedando completamente desnudo. Bajó en seguida su cabeza hacia el estómago de Kira, bajando más y más hasta encontrarse también con la prenda que no le había arrancado a ella. Le miró unos momentos y sonrió.

- Solo relájate... - Puso su boca en el calzón y con su boca, tiró los tenues cordeles y se los arrebató tirándolos lejos nuevamente, mientras acariciaba las piernas de Kira. Ahora ella también estaba completamente desnuda.

- Ahora, ésta sensación te va a parecer extraña... pero estoy seguro que no te desagradará... - Su voz era serena y tenía un tono varonil muy peculiar... un tono de deseo. En seguida, abrió suavemente las piernas de Kira, cerró los ojos y comenzó a lamer su entrepierna lentamente, emitiendo leves gemidos placenteros.

- Mmmm...

Gremor seguía lamiendo a Kira, tratando de encontrar su punto débil. Una vez hallado (No le resultó difícil), puso su quijada en su interior y comenzó a apretar a un ritmo suave, no acelerado.

- Mmmm... - Seguramente con eso, Kira debiera haber experimentado un mayor placer en ésos momentos. Tras algunos minutos largos por su intensidad, Gremor soltó a Kira y comenzó a subir hacia su rostro mirándole directamente a los ojos. Sonreía. Era alguien muy encantador si de sexo se trataba. Pero él hacía todas sus accionar por un amor sincero. Lo carnal era capaz de elevar y profundizar sentimientos cariñosos y éso, era muy agradable.

En seguida, puso su pene en su entrepierna y solo comenzó a sobajearla, sin penetrarla para que llegase a un estado de mayor excitación. Gremor le miraba mientras experimentaba el placer que sentía mientras dejaba escapar algunos gemidos. Entonces le besó el cuello y pasó suavemente su lengua en él, haciéndole algunas cosquillas.

- Oooh... oooh...

Y mientras Kira gemía, él siguió haciéndolo pero tenía su mirada fija en un punto adyacente a Kira. Su mirada sonrojada, recordaba viejos tiempos... felices. En fin, ¿Qué más importaba? Gremor puso sus piernas detrás de las piernas de Kira, sujetándola con firmeza, y puso sus brazos detrás de sus hombros, teniéndola en una especie de "jaula" corporal. Sus fuertes músculos estaban tensos, pero no sudaba en lo más mínimo. Entonces puso su boca en el oído de Kira, y entre jadeos, le dijo...

- Vamos... dime... cuánto me amas... vamos... dilo...

- (Hmhmhmhm... ¿Cómo no hacer ruido si me causas tanto placer?) - Pensó Gremor mientras seguía haciendo el amor con Kira. La experiencia había resultado muy agradable, pero Gremor ya estaba lleegango al orgasmo y era difícil contener el deseo, por lo que la fuerza con que lo hacía aumentaba tras cada momento, y aumentaba y aumentaba, aumentaba la llama, aumentaba el calor, aumentaba el placer, todo aumentaba mientras él pensaba en terminar, terminar, terminar es todo lo que importaba en ésos momentos candentes. Finalmente exclamó un orgasmo que resonó a varios kilómetros a la redonda mientras los poderes del vampiro hacían una especie de cortocircuito y todas als ventanas se rompieron y las cosas se cayeron, los muebles, las vasijas, los cuadros, todo, dejando el castillo hecho end esastre excepto la cama nupcial.

- ¡¡¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOHHHHHH!!!!!

Y finalmente, con al respiración muy acelerada, miró a Kira a los ojos seriamente. Sonrió y le besó en los labios lentamente, cerrando suavemente los ojos.