...Ruido...

- Todas dicen lo mismo contra su propia voluntad... - Dijo Gremor, despectivo. Cerró los ojos... un pequeño fragmento de cristal alcanzó a brotar del suelo, pero en seguida volvió a sumergirse. Y es que el conde estaba contrarrestando la magia de Bara, con su propia energía maligna, impregnando el ambiente. En seguida le miró a los ojos nuevamente.

- Veo que estás perdiendo el miedo paulatinamente. Grave error. El miedo es lo único que te mantendrá viva en éste mundo, y es que existen cosas aterradoras.... hmhmhmhm....

Bajó una mano, mientras sonreía maliciosamente.

- Ahora mi control sobre tu cuerpo es casi absoluto... puedo controlarte con una sola mano. Hiciste muy mal en tratar de enfrentarme, pues todo el que lo hace, termina pagando caro. Y es para mí un motivo de vida. - Al decir lo último, su voz se tornó gutural y su mirada monstruosa. Pero volvió a la normalidad y siguió atrayéndola hacia sí mismo mientras tarareaba una extraña melodía...

- Mmmm.... mmmmMMMmmmmMMMMmmmm....

Cuando ya estuvo a unos pocos pasos de él, Gremor sacó su preciosa daga y se la enseñó sonriente.

- ¿Y se puede saber qué te hace diferente a las demás? ¿Pensamientos filosóficos? ¿Moralidad? Ninguna de esas cosas puede reemplazar lo que eres un verdad: UNA ZORRA. ¡MUAJAJAJAJAJAJA!

En seguida, con su velocidad característica, desapareció y reapareció detrás de Bara. Le rodeó el cuello con su brazo y puso su daga en su cuello mientras le hablaba en el oído.

- Una daga en sí misma, no es aterradora... - Comenzó a cortar muy lentamente el cuello de Bara. - Pero quien la manipula es a quien debieras temer. ¿No te parece, querida? Hmhmhmhm...

- Si tu definición de "imbécil" cabe en éso, querida mía, qué desilusión.

Le dijo, en un tono serio. Pero la verdad, es que ya no valía la pena alargar más el sufrimiento... ¡Pero qué cosas, claro que sí vale la pena! Gremor siguió abriendo el cuello de Bara lentamente mientras su sangre comenzaba a saltar hacia el suelo y el Conde sonreía diabólicamente a sus espaldas.

En seguida, el vampiro la soltó y bajó ambas manos al suelo y el suelo dejó de temblar.

- ¿Me tomas como un idiota? ¿Crees que tus patéticos esfuerzos podrás detenerme? Quizás debería irme y esperar a que te desangres tú sola. Pero sería muy aburrido... hmhmhmhm...

Caminó y se puso frente ella nuevamente y dejó que su rostro su empapase de la sangre de Bara.

- Mmmmm... tu sangre es bastante buena...

Se lamió y en seguida comenzó a acariciarle el ojo izquierdo...

- Quizás debería sacarte los ojos... ¿Qué opinas?

El conde escupió un poco de sangre tras el golpe y se vio prisionero de unos pilares imposibles de penetrar. Le vio hacia arriba y comenzó a reírse. Tras varias carcajadas, le dijo alegremente...

- ¡Oye, estúpida! Tal parecer aún no quieres entender que soy mejor que tú, y que nunca podrás ganarme. ¡NUNCA! Así que hazme el favor de dejar de esforzarte y déjame matarte de una puta vez. ¿Te parece. zorra?

El vampiro desapareció y reapareció detrás de Bara, dándole un golpe con el filo de su mano en el cuello, impulsándola dentro de la prisión. En seguida, Gremor se rodeó de un escudo de energía maligna y le miró estudioso.

- (Será mejor que vea cuál será su próximo movimiento...)

Off: o_O

On: - Interesante... absorción de energía. Pero aquello tiene una debilidad mortal...

Al recibir el rayo de... tales características, Gremor desapareció completamente y Bara no podía percibir sus energías. Como si hubiese sido desintegrado por el rayo.

Pero de pronto, Bara comenzó a sentir un malestar en todo su cuerpo. Al principio, era muy tenue. Pero de a poco, comenzó a crecer y crecer (¡El Malestar!) , causándole un gran dolor en todo el cuerpo. En seguida, Bara escuchó la voz del Conde en su cabeza, estando... ¡DENTRO DE ELLA!

- Al tener todos tus poros abiertos y absorviendo mis poderes, he podido meterme dentro de tu cuerpo.... y puedo destruñirte desde aquí con toda facilidad... ¡MUAJAJAJAJAJAJAJAA!

La risa del Conde resonó de una manera insoportable.

- Eres Patética... Mmmmm... sólo voy a reventarte el estómago. Sí, éso haré.

Gremor se concentró en el estómago de Bara, y en seguida lo reventó hacia afuera, dejándole una dolencia extraordinariamente fuerte. Ahora sólo alguien demasiado poderoso podría salvarla de aquello.

En seguida, Gremor salió e su cuerpo, y frente a Bara, apareció un resplandor... pero irradiaba oscuridad. Ése resplandor retomó forma y se convirtió en el vampiro, que le miraba sonriente.

- ¿Podrías creerme que aún ahora, no me das lástima? ¡Muajajajajajaja!

En seguida concentró un escudo a su alrededor, y cerró los ojos con tranquilidad.

Gremor salió disparado del cuerpo de Bara, y se reformó a poca distancia. Ya estaba demasiado enfadado como para seguir con estupideces. Le miró con mucho odio directo a los ojos. Sacó su daga, y la arrojó lejos. En seguida, se sacó el bestón elegante y lo arrojó lejos, dejándole la camisa blanca. Se sacó la corbata y se desabrochó un par de botones, pero podía adivinarse en su torso, un par de pectorales bien trabajados. Se arremangó las mangas, y en seguida apretó los puños, haciendo lucir un par de antebrazos poderosos.

- Tú lo has pedido.

Le dijo en un tono falto de expresión alguna.

Gremor sólo le quedó mirando sin decir ni una palabra, algo muy extraño en él. Su mirada estaba completamente seria, y le miraba directamente en los ojos, sin vacilamiento alguno en ellos. En seguida, comenzó a caminar hacia ella con los puños apretados y sin cambiar su expresión.

Las llamas se mantuvieron a poca distancia del vampiro y a medida, que seguía avanzando, se apagaban dejando un sendero libre de ellas. Apretó tanto sus puños, que comenzaron a sangrar. Su mirada, seguía concentrada en Bara, aunque el ángel estaba entre ellos. Pero su mirada estaba llena de un odio indescriptible y abrió un poco la boca, mientras las venas de los brazos comenzaban a hincharse, igual que la de su cabeza. Emitía un gemido muy tenue, pero era espeluznante, como si estuviese tratando de contener toda la rabia del mundo en él mismo.

- eeeeeEEEEEeeeehhhh...

Se detuvo justo frente al ángel. Le miró por un momento con aquella mirada aterradora. En seguida, comenzó a caminar hacia el lado, para poder seguir su dirección hacia Bara, sin tener que topar con el ángel.

Las llamas se encontraban en todo el Vampiro, pero seguía caminando. En seguida, todos los ataques lo golpearon y golpearon, pero él no se movió ni un centímetro. Cubierto de llamas, seguramente ya debería estar muerto pero no era así... no había recibido daño alguno. Estando al lado del ángel, giró su mirada hacia él, sin quitar su expresión. Extendió lentamente una mano hacia él, cerrada en un puño sangrante. En seguida extendió su palma, y de ella, salió colgando de una pequeña cadena, la pluma de un ángel. Le habló con una voz completamente gutural, que no parecía la de él.

- ¿Reconoces ésto?

Así, le hizo entender a Tri-Edge que ya había asesinado a un ángel en el pasado. Pero por su expresión, pudo adivinar que aquella batalla casi le había costado la vida o un gran sufrimiento. Gremor volvió a poner su puño como estaba, y comenzó a caminar hacia Bara, ignorando al ángel de nuevo.

Gremor se quedó mirando fijamente a Bara a pesar de las acciones del ángel. Detuvo su marcha cuando él la abrazó y le vio recostarse contra un árbol, tocando una extraña melodía. Pero ya no importaba. El giro del combate era definitivo: Ahora quería pelear con Bara. Después se encargaría del ángel, pues de todas formas, si él le estaba facilitando la pelea, sería lo mejor.

Y entre toda la seriedad, sonrió, rompiendo el hielo de su reciente actitud. Con una voz calmada y sincera, le dijo a Bara lo siguiente:

- A decir verdad, me has dejado sorprendido. No pensé que tus habilidades fueran tales como las has demostrado. Y debo confesar que me siento emocionado de poder luchar contigo. Te digo desde ahora que no tengo intenciones de asesinarte. Pero quiero que cuando ésto acabe, te vuelvas más fuerte y pronto, podamos volver a luchar.

En seguida, volvió su expresión de seriedad y entre todas esas llamas, comenzó a caminar hacia ella nuevamente.

- (Créeme, nada me haría más feliz...)

Pensó para sus adentros con amargura. Pero sus ojos estaban serios y serenos, frívolos por decirlo de alguna manera. El fuego le daba un aspecto tétrico pero ya no importaba.

En seguida, comenzó a correr hacia ella sin tan siquiera dar algún grito característico. Al momento de estar a un par de pasos de ella, se dejó deslizar en el suelo debido a una posible cortadura de su espada, atacando las piernas. En seguida, se apoyó en sus manos y dio un salto y rodeado de un escudo de energía maligna, se dio varias vueltas y comenzó a darle una serie de golpes a Bara con una completa serenidad pero eran brutales y poderosos. Sus brazos cargados de energía maligna, harían posible que no fuesen cortados con la espada y que pudiese combatir sin dificultad alguna.

Luego, expulsó de sus ojos varios lásers capaces de atravesarla. Eso hizo durante un buen rato mientras el escudo de Gremor se hacía no más grande pero sí más poderoso. Estaba listo para pasar a un siguiente nivel de complejidad...