Dando Un Paseo Imprevisto

El sujeto volvió a integrarse en el cielo y cayó pesadamente.

- Juajuajua...

Miró atentamente a Suigintou, y le hizo un gesto soez con las manos acuchilladas.

- ¡Vamos perra! ¡Muéstrame lo que tienes!

- Te luces demasiado, y haces poco al respecto. Bueno, ¿Qué más dá?

Comenzó a dar pequeños brincos hacia Suigintou y se acercó a los lobitos que se esparcían por toda ella.

- Hola, lindos cachorritos. ¿Dónde puedo conseguir uno? Jijiji... - Su mirada cambió drásticamente a una temeraria y llena de deseos de sangre y con sus cuchillas y su aura, comenzó a apuñalar las cabezas de los lobos muy violentamente salpicando sangre al suelo mientras sus movimientos eran tan rápidos, que a penas podían distinguirse. ¿De dónde había sacado tanto poder?

El tipo abrió una boca monstruosamente grande cuando le llegó el ácido y lo contuvo en ella mientras lo probaba. En seguida lo escupió todo sobre Suigintou mientras exclamaba:

- Necesitas algo más fuerte que éso. - Sonrió al ver que se volvía más fuerte. Vaya... ésto no sería aburrido. En seguida, juntó sus puños y comenzó a apretar sus músculos. Y en un abrir y cerrar de ojos, creció el doble de su tamaño. Sus energías se volvieron el doble, y su rostro, tenía una sonrisa que indicaba sus ansias de lucha. Tal parecer, no entendía razones... o quizás de verdad no le tenía miedo a Sui. En seguida, alzó una mano al suelo, y de éste, brotaron varios duendes llenos de tierra cuyos rostros de odio y sus colmillos feroces, no los hacía menos ante los lobos más grandes. En seguida, éstos duendes se lanzaron hacia ella y estaban rodeados de varios escudos impenetrables. Al hacer contacto con los lobos, explotaron causando un daño... impresionante.

- ¡UIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! -, se burló el tipo. En seguida, apretó aún más sus músculos y volvió a crecer de golpe, el doble de lo que estaba en ése momento. En seguida, alzó una mano hacia Sui y desde el suelo, salieron varias bocanadas de energía que destallaba un color rojo muy penetrante. Desapareció y de la nada, comenzaron a llover cuchillas que caían con la energía roja, siendo capaces de dañar a Sui y el ambiente se llenó de un veneno muy extraño...

De pronto, la tierra tomó forma de mano y agarró a Sui como una pelota por el escudo impenetrable.

- Si no puedes con ellos, arrójalos.

Y sin más, la mano lanzó a Suigintou muy lejos mientras una risa maligna se oía en el aire. En seguida, el sujeto reapareció, y se quedó solitario mirando cómo se alejaba la "pelota" que había logrado lanzar. ¿Qué límites tendrían sus poderes? ¿Sería acaso más fuerte que Lorris?

- ¿En serio? Mmmm... entonces supongo que me iré. ¡Adiós! Apuesto que hay mucha sangre fresca en las ciudades... jejeje...

Y sin decir más... desapareció haciendo un puf un tanto potente y ensordecedor mientras unas luces destellantes hacían oscilar los sentidos del testigo... pero aquello serína una pequeña molestia y nada más para Suigintou.