~Disfrutando de un supuesto día de calma ...~

¡Ja! Y hablando de locos, allí estaba Hailko, no caminando sino dando brincos por las calles. Muy a menudo chocaba con la gente, y éste pedía disculpas de una forma agraciada.

- Disculpa usted, mi buen señor... con permiso... perdón milady, luce radiante...

Hailko se detuvo en seco, mirando el apetitoso pastel. Sus prendas y apariecia miserables, harían adivinar a cualquiera que él era un vagabundo sin fortuna alguna. Se hincó y en seguida, comenzó a olfatearlo mientras se le caía la baba.

- Oooh, crujientes desviaciones aleatorias del azucar enbolsada de bendiciones acarameladas, vestida de colores extravagantes incitantes a danzar al rudo escultor, bríndame tu tierna gracia, ángel de mis lamentaciones infernales del sufrimiento carnal, ¡OH, QUÉ PASTEL!

En seguida, abrió una boca muy grande, y le dio un super mordisco, mientras reía con la boca llena, de uan forma muy alegre y honesta. Parecía feliz de tener algo dulce en la boca, tras varios días sin comer.

- ¡Oh, gracias mi señor, es usted un santo!

Hailko abrió aún más grande su boca, y engulló el pastel de una sola mordida. Dio un eructo estruendoso, y en seguida, vio a Raven a los ojos. Le miró serio unos instantes, y en seguida, le volvió a sonreír.

- Los dioses, han sido testigos del olimpo judicial que ha testificado un destino no muy esperanzador, pero los pasos conllevan a una entropía de recovecos virtuosos y tortuosos. Vea usted mismo.

Se bajo los pantalones, y le mostró los gluteos a Raven, en donde tenía un moretón de una patada. Una señora que pasaba cerca, se horrorizó y gritó.

- ¡Vaya, mis dolencias hacia su desgracia, milady! - Gritó Hailko, subiéndoselos inmediatamente. La señora le dio una bofetada, que lo dejó tendido en el suelo con los ojos dando vueltas en su entorno, (Escena cómica)

En seguida, se levantó y miró a Raven.

- Mi señor... - Le dijo seriamente, mientras se arrodillaba ante Raven, y le tomaba su mano. - ...le seguiré y serviré, hasta saldar mi deuda con usted. Lo juro, y así será.

En seguida, le besó la meno, y se levantó mirándole sonrientemente. Hailko siempre era amable con todos, no importaba lo malvados que fuesen quienes tratase, siempre tendría una sonrisa para ofrecer.

- Vaya, es usted un mar insondable de enigmas caprichosos en sus recelos solitarios de ambientes ambiguos y sombríos. ¿Podría decirme su apodo? ¡El mío es Hailko, para servirle!

Hizo una reverencia, pero al hacerlo, se le rompió el pantalón en la parte del trasero. Sonrojado, se volvió a erectar, y se tapó con su sombrero. La misma señora, aún más horrorizada, comenzó a perseguiro por toda la plaza.

- ¡¡¡Tápese con algo, pervertido!!!

- ¡¡¡Mis condolencias a mi estado carnal es inapropiado a la perspectiva jubilosa!!! ¡¡¡Mamáaaaaaaaaaa!!!

La señora se cansó de perseguirlo, y se fue. Hailko volvió con Raven, y le volvió a sonreír.

- Mi señor Raven, un placer. Su amabilidad, es una muestra rara de independencia que pocos demostrarían en su preciso momento. Es por éso que le serviré hasta saldar mi deuda con usted. ¡Así será, mi señor!

En seguida, le dio la espalda, y se sentó en una banca. De su mochila en penosos estados, sacó un libro de poesía de un famoso poeta reconocido por toda la Tierra... "Steinler". Hailko comenzó a leer por furtivos instantes, y en seguida, sus ojos se llenaron de lágrimas de emoción. Simplemente, disfrutaba demasiado de los dogmas superemos de las palabras.

- Oh, sí, yo estoy muy bien, mi señor. - Dio una risita pícara, volviendo la mirada a Raven. - De hecho, creo estar mejor que toda ésta gente que nos observa, y es más, me atrevería a decir que estoy mejor que usted. ^^ Pero no se apene, mi señor. Es un camino realmente maravilloso y largo el de encontrar respuesta, no desespere, estoy seguro que finalmente, todo saldrá bien para usted.

En seguida, siguió leyendo.

- Mi señor, dígame, ¿Hacia dónde se dirigen sus pasos? ¿Acaso son las musas bondadosas con usted? Créame, no soy muy de acechar señoritas, pero son preciosas. ¿Qué opina usted? Jejeje...

Se limpió las lágrimas con las mangas, y siguió leyendo, fascinado, pero también estaba atento a lo que Raven tendría que decirle.

Hailko se había mantenido en silencio, todo ése rato, leyendo poesía. Se limpió las lágrimas, y se levantó, mirando a Moka de pies a cabeza.

- Incuestionable endorado olivo del olivar, de castraciones telúricas divinas del todopoderoso y sus secuaces. ¡Qué linda es usted, mi señora!

Le dijo, con un tono muy alegre. En seguida, le estira la mano para saludarla.

- Soy Hailko, mucho gusto. ^^ - En seguida, agarra un tomo de vampiros de la extraña, y curiosamente, se pone a leerlo, sin tan siquiera pedírselo.

- ¡Un texto no Literario! Entonces no vale nada. ^^ - Se lo devolvió a Moka, y en seguida, le dio una amable sonrisa. - Los vampiros, son seres muy solitarios, infelices de su propia inmortalidad, pues como dice el viejo dicho, todo es más hermoso cuando tiene un fin. ¿No les parece? Jejejeje...