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Mensaje  Urelio Jue Sep 03, 2009 10:58 pm

Nombre: Hailko Ulerio Ambusto Melkoff ¿Largo y complicado nombre? Identidad luchadora contra las mareas nefastas de las desgracias. ¿O era al revés? ¡Ya no me acuerdo!
Raza: Humano, demasiado humano.
Rango: ¿Vagabundo errante?
Historia: Maglorio (Nombre original), nació en el seno de una familia muy humilde. Su madre, padecía una enfermedad a la peil que la hacía poco atractiva en el exterior, y su padre, era un musculoso herrero, quien le enseñó oficios humildes durante su niñés. Maglorio supo ser arriero. Después se olvidó. Hizo calzados para vacas, pero le fue mal, mayor parte de las vacas, andan descalzas. Maglorio, siempre estuvo enamorado de su madre, a pesar de su rara enfermedad, él la amaba profundamente como si su vida, dependiese del fruto de ése amor. Pero más adelante, decepcionado, supo que su padre, era el amor de la vida de la madre, y que jamás podría ocurrir más que relación madre e hijo. Por ésto, Maglorio decidió abandonar su hogar a los trece años, iniciando su vida de vaganundo errante, en busca de su destino.

Saltaba y danzaba por las calles, enamorado de las luces de los faroles, del desconcierto de la gente, y por sobretodo, de los poderosos versos que podían surgir de lo que fuese. Lanzaba versos al aire, improvisados por el mismo demasiado frecuentemente, y nada parecía preocuparle. Tras meses de andar, comiendo las sobras de la generosidad de los campesinos de los pastizales, fue a dar a un enorme castillo, cuya dueña, era una duquesa obesa. La vetusta dama, le dio hospedaje a Maglorio, a cambio de sus servicios. Para su mala suerte, ella lo utilizó como un esclavo sexual, adentrándose en el vertiginoso mundo del sexo de una manera extraña, pero Maglorio veía un alma egoísta en ella, y en consecuencia, solitaria. Fue por ésto que decidió abandonar a la duquesa, marchando otra vez por tierras salvajes.

Vagando y vagando, llegó a un pequeño pueblito. Su ropa haraposa, y su mugre por doquier, le daban un aspecto lamentable (Para él, nunca lo fue). El profesor Melkoff, se compadeció de él, y le dio un techo, comida, ropa y educación. Fue allí donde aprendió a leer y a escribir. Pero Maglorio, siempre andaba lanzando versos al aire, y su complejidad, era demasiado complicada como para entenderla, metáforas cesudas aparentemente. Así que sus compañeros y el profesor, tomaron ésta actitud como un insulto, por lo que mientras dormía, ellos lo ataron a una balsa en un río muy tormentoso. Éste se despertó, y vio a todos despidiéndolo desde la orilla. "¡Wow!" pensó... "¡Ésto es hermoso! ¡Me han atado a éste río que representa la vida por sus aguas tormentosas!" "¡Muchas gracias, muchachos! ¡Jamás los olvidaré!" Bueno, cayó por una profunda cascada, y sobrevivió apenas de ello.

Cogeando, apoyándose de un bastón, caminó un tiempo por el bosque hasta que se encontró con un peligroso bandido.
Bandido: ¡Entrégame todo tu dinero, maldito bastardo!
Maglorio: ¡Por supuesto que sí! ¡Ven aquí, amigo, desahoga todas tus penurias! (Lo abraza).
Bandido: ¡Pero qué demonios estás haciendo! ¡Suéltame! (Le dá una golpiza).

A pesar de todo, Maglorio siguió al bandido por algunos días. Éste se abstenía a asesinarlo, pues ya lo había hecho tantas veces, que ya no quería echarse otra muerte a su consciencia. Fue poco lo que pudieron hablar, pero Maglorio se dio cuenta que su alma no tenía salvación, porque él mismo se negaba a ella, por lo que lo abandonó, siguiendo su imparable camino.

Caminando y caminando, Lairalimpompamchilaralilalia, encontró a varios guerreros, entrenando el arte de la espada. Fascinado por el dominio del arte del combate, le pidió al maestro un entrenamiento. Éste accedió por compasión, ya que lo veía como un pobre tonto que no sabía cómo defenderse. Así, pasó unos pocos años entrenando con el maestro. Maglorio siempre andaba en las nubes, por loq ue recibió varios golpes de su maestro, durante todo ése tiempo. Maglorio se dio cuenta que la rectitud extremista del maestro, no siempre sería adecuada para todos los casos, así que agradecido por todo, abandonó al maestro.

Continuando su viaje, llegó a unas tierras áridas grisáceas, muy feas. Caminó por allí, hasta encontrar a una hermosa jovencita, danzando por aquellas tierras, recitándole bellos versos a aquellas tierras devastadas, "indignas" de ninguna belleza. Maglorio se enamoró de la sutileza honesta y dulce de la joven, por lo que tras varios días de una incansable persecución por las tierras, él corría tras de ella, y ella escapaba riendo a carcajadas. Él le gritaba su amor y ella evadía sus palabras con más palabras mientras huía. Finalmente, ella tropezó y él la alcanzó. Se posó suavemente, susurrándole que la amaba más que a nadie en el mundo, y ella le respndió lo mismo. Y allí, sin importarles nada, hicieron el amor y los orgasmos se oyeron hasta en mi casa. ¡Sí, los escuché, cochinos! En fin...

Vivieron un tierno romance. Anduvieron un par de años, pero Maglorio se dio cuenta que el amor, es mucho más intenso y precioso cuando es escazo, cuando tiene un límite, y cuando se desatan las pasiones tras una larga ausencia. Por lo que abandonó al amor de su vida, para seguir disfrutando aún más su vida, siempre caminando hacia otros horizontes.

Una cosa más. Maglorio, decidió usar su propio nombre como símbolo de lo que había sido su vida, por lo que autobautizó así: Hailko (Nombre de su amor, versión hombre) Ulerio (Nombre del maestro de espadas) Ambusto (Nombre del Bandido) Melkoff (Nombre del profesor)

Descripcion Fisica: Estatura media, ropas siempre humildes o haraposas. Tiene los cabellos largos, ojos azules, labios carnosos, nariz en punta, músculos muy desarrollados, sobretodo en sus piernas. Se ve muy amigable.

Descripcion Psicologica: No hay mucho que decir. Hailko, ve la vida con sus propios ojos, ésto es, la representación literal y metafórica de los versos de las exquisitas poesías. No toma en cuenta las cosas malas y fatídicas de la vida, simplemente las vé como goces tardíos que llegarán pronto. Es difícil encontrarlo triste, y siempre tiene una sonrisa en el rostro. Si se trata de entablar conversación con él, se entra en un mar de letras del que es difícil salir...
Tecnicas:

1.- Sabe usar la espada casi a la perfección...

Urelio

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